El límite entre lo público y lo privado es algo difuso en la actualidad. Existe una delgada línea que básicamente se define por el grado de protección que determinemos como individuos. Tener una vida pública o comunicar información hace que la intimidad propia quede expuesta, pero también la pone en riesgo, ya que la privacidad se vuelve pública.
El diseño de estas viviendas responde a estos conceptos para crear un refugio que protege a sus usuarios pero también los invita a habitar en un espacio privado. Siguiendo la lógica del conjunto en el que se encuentra este edificio, usamos tabique rojo para crear una pieza casi monolítica, un búnker que brinda la máxima privacidad pero que permite la entrada de luz y ventilación natural por algunos orificios —unas celosías— que se distribuyen a lo largo de la construcción.
En el interior desarrollamos dos tipologías de vivienda, con espacios abiertos y flexibles para responder a las necesidades de cualquier usuario que los habite. La austeridad de los elementos envuelve a los habitantes de forma simple y densa para ofrecerles un anonimato dentro del lugar. De manera que la arquitectura pasa desapercibida para que los usuarios tengan la mayor privacidad posible, sin necesidad de interactuar con el exterior.
Mario Pliego, Eliud Martinez, Norma Contreras, Didier Lopez
PAAR | Carlos A. Ríos, Paola López
Ariel Rojo
Perigonal
Colectivo A | Heriberto Maldonado, Alfonso Baez
Moritz Bernoully, Jaime Navarro, Luis Young
2,330 m2